Para evitar falsificaciones y expresar el modo visible la estrecha vinculación del sello con su propietario o con la documentación de éste , desde la antigüedad, las matrices o moldes personales de papas, reyes, obispos, etc., solían destruirse a la muerte del titular, solo en caso particulares pasaban al sucesor.
Junto a estos sellos originales circularon desde la edad media otros imitativos fabricados por falsarios profesionales , para evitar estas falsificaciones se tomaron toda clase de precauciones y medidas, usando contrasellos y subsellos como garantía de los propios sellos.